Botillerías, Supermercados, Tiendas Especializadas y hoy, el auge del Internet.
Todos tenemos nuestros predilectos. El señor o señora de la botillería de siempre que trae el vino que me gusta. En el supermercado donde quizás puedo darme el tiempo de elegir, sin la ansiedad de que alguien me pregunte qué es lo que quiero… que en realidad quizás no sé. Las tiendas especializadas, que justo se caen en el tema anterior, por más que intento convencer a mis amigos que vayan, pregunten y se asesoren por quienes dedicamos nuestra vida al vino, sienten que los van a juzgar o, peor aún, que les van a hablar en algún lenguaje desconocido sobre un tema que no tienen idea.
Así, muchísimas personas le hacen el quite a las tiendas especializadas de vinos y, para evitar esa incomodidad social, recurren al único, grande y vasto… Internet.
La gama de ofertas, disponibilidad e información de las botellas puede ser maravillosa, pero ojo, al igual que en el supermercado podemos leer infinitamente la misma nota de cata de vinos diferentes, en los que todos terminan en maridajes con carnes rojas, pastas, quesos fuertes o maduros en el caso de los tintos y, pescados y mariscos en el caso de los blancos.
Lo bueno de internet es que hay de todo, están los que tienen una oferta como nombraba en el párrafo anterior, pero también hay quienes lo están haciendo con dedicación y pasión. Diferentes emprendimientos y personas que hoy no solo venden por internet en distintos formatos, asesorando a sus clientes en lo que quieren beber o comer junto al vino que están buscando, así darles la mejor solución posible ante sus necesidades.
En otra visión, tiene que ver con el ejercicio de aprender de vinos comprando botellas o, como en el caso de Winederlust, de valles o destinos enoturísticos. Nosotros llevamos lo que creemos que es lo más representativo y mejor del valle para que puedan aprender de qué se trata tanto la variedad, como las condiciones del lugar que la hacen ser de especial calidad en ese terroir. Viajamos y aprendemos, sin la necesidad de salir de tu casa.
Al final, entre todas las opciones que nombramos antes, el objetivo es el mismo, beber y probar algo diferente, que nos haga sentir placer y disfrutar. La idea no es quitarle el sentido hedonista al vino, si esa es la parte de la que nace y es fundamental, sino tomaríamos jugo de uva sin fermentar; pero si se puede aprender mientras disfrutamos, bienvenido sea, independiente del lugar que se adquirió la botella.
Ahora, si podemos comprarle al más pequeño, al más especializado y a las viñas que están surgiendo, mejor aún. Así apoyamos a crear una economía circular.
Giorgio Vecchiola
@giorgio.vecchiola.m
Sommelier Co-fundador de Winederlust.
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