No, no es necesario estar con la luz apagada, ni vendarse los ojos, ni menos ocupar copas cubiertas o pintadas, eso dejémoslo a los que se quieran poner a prueba con ese tipo de dificultades.
Para mi, hay dos tipos de catas a ciegas. Primero, la profesional, la que hago por mi trabajo y para seleccionar los vinos que elegimos para Winederlust. Sin embargo, esto representa quizás solo un 10% de las catas a ciegas que hago en mi día a día. En segundo lugar, están las catas que hago con mis amigos, apasionados del vino, Enólogos y Sommelier. Ese juego medio snob que nos llena el alma al ponernos unos a otros a prueba, que saca más de una sonrisa del que sabe qué vino es y más de una frustración al que le parecía que era algo y al último momento cambió de opinión y se equivocó en su decisión final.
¿Qué no amar de descubrir lo que hay detrás de una copa de vino?
Pero mi intención con esta entrada no era convencerlos de que hacer catas a ciegas es un deporte que tiene fanáticos en todo el mundo. Eso ya lo sabemos. Acá quiero darles algunos tips en como yo fui mejorando y como hoy hago las catas a ciegas para sacarles el mayor provecho posible.
1. “Biblioteca” de aromas: Suena más complejo de lo que es, esto se trata de tener los envases necesarios (ideal de vidrio) con diferentes especias, frutas y verduras. Con esto, taparse los ojos e ir de una en una oliendo y aprendiendo en qué se diferencian. Hoy hay soluciones con aceites o extractos que son más desarrollados que lo planteo acá, piénselo como la alternativa barata a Le Nez du Vin.
2. Condiciones para catar: Correcta temperatura del vino, no que hayan olores fuertes, buena luz (mejor si es natural), copas iguales (ya voy a hacer una entrada sobre la diferencia entre las copas) y, por supuesto, agua. La hidratación es tan importante que puede hacernos sentir diferencias en el gusto del vino.
3. Botellas tapadas: El no revelar la botella antes de que todos terminen o dar pistas antes de tiempo es fundamental, hay veces que nosotros pasamos por varias copas antes de decir finalmente qué creemos que es el vino que estamos probando. No apresurar a nadie es clave.
4. No frustrarse: Fundamental. Todos nos equivocamos y la gran gracia que tiene el mundo del vino es que siempre hay algo nuevo por aprender… o probar. Así que el que se equivoque que aprenda, que se pregunte ¿por qué era esto y no esto otro? O ¿por qué NO puede ser esta variedad?
Como todo deporte extremo, la cata a ciegas puede tener muchas más reglas que las aquí planteadas. Sin embargo, esta pretende ser una entrada que les ayude a empezar o incluir temas aquí tratados que no estaba en sus prácticas habituales de cata.
Giorgio Vecchiola
@giorgio.vecchiola.m
Sommelier Co-fundador de Winederlust